¿Qué sucede si no quitas los pernos de envío de tu lavadora?
Tanto las instrucciones del fabricante como el encargado de la carga y el dependiente advierten: si no se retiran los tornillos de transporte antes de usar la lavadora, surgirán problemas inevitables. Pero no todos saben qué les espera a los propietarios de lavadoras descuidados. Sugerimos analizar las consecuencias de no retirar los tornillos de transporte con prontitud.
¿Qué se puede romper?
Quitar los pernos de transporte solo lleva un minuto, pero la simple prisa y la falta de atención pueden jugarle una mala pasada al propietario. Después de todo, si se olvida de los sujetadores, puede perder su máquina recién comprada para siempre o crear problemas con la garantía y el funcionamiento posterior. Esta perspectiva se explica de forma sencilla.
Los pernos utilizados durante el transporte están diseñados para asegurar el tambor móvil de la lavadora. Esto evita que se deforme o gire durante el transporte, garantizando una entrega segura. Sin embargo, iniciar un ciclo con el tambor parado solo causará daños:
"saltos" convulsivos alrededor de la habitación;
vibración incontrolada;
golpes fuertes
Esto es lo más inofensivo que le puede pasar a una lavadora en este caso. Con frecuencia, el resultado es mucho más trágico: el tambor se daña y la lavadora falla.
Una vibración fuerte provocará una tensión enorme en todas las partes de la lavadora, especialmente en el conjunto de cojinetes y el motor.
Está prohibido operar una lavadora con los pernos de transporte colocados precisamente porque están demasiado apretados. El tambor, sujeto por los pernos, no está suspendido por los amortiguadores antivibraciones, y toda la fuerza del motor de aceleración se transmite directamente al cuerpo de la máquina. La situación se agrava aún más porque la ropa está desequilibrada, se amontona y causa vibraciones aleatorias. El tipo de transmisión no importa: los amortiguadores defectuosos dañarán tanto las máquinas de transmisión directa como las de transmisión por correa.
Evitar esta desagradable situación es fácil: simplemente retire todos los pernos de transporte rápidamente. O supervise el trabajo de los instaladores: revise el panel trasero de la máquina y asegúrese de que no queden agujeros sin cubrir. Si no encuentra las ranuras para los tornillos, puede consultar las instrucciones y la ficha técnica. Normalmente se utilizan cuatro tornillos grandes para la fijación, y su ausencia es fácil de detectar.
El destino de la garantía
Incluso un solo uso de una lavadora con los tornillos de transporte puestos anulará permanentemente la garantía del propietario. Lavar con los tornillos aún puestos constituye una infracción directa de una de las instrucciones clave, lo que anula automáticamente la garantía. Por lo tanto, si el consumidor desea que terceros realicen reparaciones a cargo del fabricante, el centro de servicio rechazará la reparación.
No será posible ocultar el hecho de un incumplimiento de la garantía. Si no se quitan los pernos de transporte y no se pone en marcha la máquina, el tambor presentará daños característicos que serán fáciles de notar incluso para un ojo no profesional.Cualquier reparación adicional deberá ser pagada de su bolsillo.
También se pueden esperar pérdidas económicas al vender una lavadora. El estado del tambor es lo primero que se nota, y es muy probable que un mal arranque provoque un golpeteo desagradable y un aumento de la vibración. Por lo tanto, es mejor tomarse el tiempo para revisarlo bien que ir a la tienda a comprar una nueva.
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