Lavar un vestido con lentejuelas
Muchos vestidos de fiesta están bordados con lentejuelas: escamas brillantes, planas o texturizadas. Aportan un toque llamativo y vibrante al conjunto, cubriendo toda la tela o creando estampados. Sin embargo, incluso estos vestidos requieren un lavado periódico y especial. Veamos cómo lavar un vestido de lentejuelas y los errores más comunes que cometen las fashionistas. A continuación, encontrará todas las instrucciones y recomendaciones.
¿Cómo cuidar una cosa así?
Los artículos con lentejuelas se consideran delicados. Están hechas de plástico fino y su diámetro suele oscilar entre 4 y 7 mm. Por lo general, las placas brillantes se fijan con pegamento o hilo y la base del vestido es de gasa, seda, jersey, organza o malla. En cualquier caso, el atuendo es ligero y requiere un cuidado minucioso.
Antes de limpiar un vestido de lentejuelas, asegúrese de leer la etiqueta. El fabricante siempre indicará las instrucciones de cuidado óptimas, incluyendo la temperatura, el lavado, el blanqueado y el centrifugado. Algunas prendas tienen estrictamente prohibido lavarse, como lo indica el símbolo de un lavabo tachado en la etiqueta.
También existen recomendaciones generales para lavar artículos decorados:
- Las manchas pequeñas se pueden eliminar con un paño empapado en jabón;
- Están prohibidos los productos agresivos, blanqueadores y abrasivos;
- La limpieza en seco está contraindicada;
- Se utilizan detergentes delicados a base de gel;
- temperatura de calentamiento del agua – hasta 40 grados;

- Lavar los vestidos "escamosos" por separado de la ropa de uso diario;
- Antes de sumergirlo en agua, todos los remaches, cremalleras y otros cierres estén bien apretados;
- No se recomienda añadir abrillantadores, ya que pueden opacar las placas;
- Al cargar prendas en el tambor de la lavadora, utilice siempre bolsas de malla para protegerlas de enganches y ataduras (se puede utilizar una funda de almohada normal como alternativa).
Se recomienda lavar los vestidos con lentejuelas a mano: en agua fría y con mínima presión.
Al elegir entre lavar a mano o a máquina, lo mejor es optar por la primera opción. Llena un recipiente con agua tibia (30-40 grados Celsius) y disuelve un detergente en gel o líquido. Sumerge el vestido en la solución resultante. Déjalo en remojo durante los primeros cinco minutos y luego lávalo suavemente arrugándolo y escurriéndolo. Evita retorcer o estirar la tela, ya que esto estirará la base y provocará que las lentejuelas se caigan. Finalmente, enjuaga el vestido y extiéndelo en un tendedero sin centrifugarlo.
Lave a máquina solo prendas con adornos cosidos y solo en un ciclo delicado. Asegúrese de reducir la temperatura del agua al mínimo, añadir detergente líquido y apagar el centrifugado. Es mejor seleccionar un ciclo corto y colgar el traje para que se seque inmediatamente después de terminar el ciclo.
Los detergentes en polvo comunes no son adecuados para prendas con lentejuelas. Los gránulos se disuelven mal a bajas temperaturas, rayando las lentejuelas y opacando su brillo. Además, dañan la tela base, ya que los gránulos permanecen en las fibras, dañando su estructura. En lugar de concentrado seco, se recomienda utilizar uno líquido: un limpiador especial para materiales delicados. Como último recurso, utilice gel lavavajillas o champú para el cabello.
Errores típicos
Para evitar arruinar tu costoso vestido "escamoso", es crucial lavarlo con sumo cuidado. Si la temperatura del agua es demasiado alta o el centrifugado es excesivo, la prenda perderá su aspecto original, se deshilachará o decolorará. Algunos errores comunes incluyen:
- la tela se retuerce y se frota mucho;
- Se utilizan detergentes en polvo o concentrados con componentes abrasivos;

- el producto se escurre;
- el agua se calienta por encima de los 40 grados;
- El producto no se coloca en la red antes de cargarlo en la máquina.
Al lavar un vestido con adornos de lentejuelas, no lo escurra, frote ni exprima; ¡solo se permite una limpieza suave con detergente líquido!
El resultado será desastroso: el vestido perderá su forma, se estirará y se descolgará. Las lentejuelas también sufrirán, deformándose, rompiéndose o perdiendo su brillo original. Las lentejuelas suelen caerse, lo que dificulta mucho volver a colocarlas.
¿Cómo planchar un vestido como este?
No es necesario planchar un vestido con lentejuelas, ya que disimulan las arrugas y los pliegues. Además, el contacto con una plancha caliente es peligroso para los adornos de plástico, ya que las altas temperaturas hacen que las lentejuelas se derritan y se adhieran a la tela. El tejido en sí tampoco soporta el calor excesivo: prendas de punto, seda, organza, malla y otros materiales delicados pueden deformarse y dañarse.
Se desaconseja encarecidamente planchar un vestido bordado con lentejuelas: el calor intenso derretirá las escamas y arruinará el vestido.
Si es absolutamente necesario, planche a la temperatura más baja y solo del revés. Siempre utilice una gasa húmeda doblada en 2 o 3 capas como forro protector.
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