La mayoría de las amas de casa lavan agarraderas y servilletas como cualquier otra prenda, con detergente y suavizante. Pero esto es una mala idea, ya que decolora la tela, dejándola rígida y desagradable al tacto. Lavar las toallas con vinagre solucionará el problema, ya que este es conocido por sus propiedades suavizantes y restauradoras de color. Es sencillo, rápido y económico.
¿Por qué los paños de cocina se vuelven rancios?
Las servilletas de cocina se vuelven rígidas por varias razones. El uso a largo plazo es sólo un factor secundario, ya que la mayoría de las toallas "fallan" debido a un cuidado inadecuado. Como lo demuestra la práctica, los siguientes errores conducen al “endurecimiento”:
utilizando polvos normales, que contienen componentes agresivos, blanqueadores y álcalis;
lavado sin añadir suavizantes para el agua del grifo;
sobrecargar el tambor, lo que impide que la ropa se enjuague completamente del detergente;
elegir un modo económico o rápido con agua insuficiente para un enjuague completo;
secado prolongado bajo la luz solar directa o sobre un radiador, lo que provoca un secado excesivo de la fibra;
Planchar con plancha caliente sin vapor (este procedimiento es perjudicial para los textiles).
Otro problema es que los paños de cocina se ensucian rápidamente, pero se acumulan hasta que se termina una tanda completa. Durante este tiempo, la suciedad penetra profundamente en el tejido y lo daña desde el interior. Un lavado inadecuado agrava la situación, haciendo que los paños se ensucien aún más. Afortunadamente, es posible recuperar la suavidad de estos tejidos.
Restaurar toallas con vinagre
Lavar con vinagre ayudará a restaurar la suavidad original de tu toalla. El vinagre de mesa común no solo eliminará las manchas difíciles y los olores desagradables, sino que también restaurará la suavidad de la tela. Sigue atentamente las instrucciones:
Clasificar las toallas y cargar un lote en el tambor;
Vierta el polvo en el compartimento principal del receptáculo de polvo y vierta 2 cucharadas de vinagre en el compartimento central;
seleccione cualquier modo con temperatura de calentamiento de agua hasta 60 grados;
activar la función de doble enjuague;
Inicia el ciclo y espera a que termine.
Si lavas regularmente tus servilletas con vinagre en la lavadora, no solo quedarán más suaves, sino que también recuperarán su color original.
¡Listo! Solo queda sacar las toallas del tambor, sacudirlas y alisarlas con una plancha de vapor. Los resultados suelen ser visibles después del segundo lavado.
¿Qué pasa si tomamos bicarbonato y vinagre?
Para potenciar el efecto, se recomienda lavar los paños de cocina con vinagre y bicarbonato de sodio. Juntos, limpiarán, suavizarán, blanquearán y refrescarán la ropa. Una dosis moderada es suficiente: media taza de esencia y media taza de detergente. El primero se vierte en el receptor de polvo y el segundo en el tanque.
Las amas de casa con experiencia recomiendan ir un paso más allá y preparar un acondicionador casero con vinagre y bicarbonato de sodio. Tome 6 tazas de vinagre y 1 taza de bicarbonato de sodio en polvo y mézclelo todo con 250 ml de agua. Una vez que la mezcla forme espuma, agregue otras 6 tazas de agua limpia y, para perfumar, añada unas gotas de su aceite esencial favorito. Luego, vierta la solución resultante en un dispensador vacío y úselo según sea necesario.
No olvide que tanto el bicarbonato de sodio como el vinagre se consideran excelentes y económicos suavizantes de agua. Para evitar comprar productos especializados y costosos, puede agregarlos juntos o por separado durante el ciclo de enjuague. Este consejo aplica tanto para el lavado a máquina como a mano.
Restaurando toallas que han sido "maltratadas por la vida"
Los paños de cocina viejos solo lo parecen. De hecho, recuperar su suavidad y frescura es bastante sencillo. El primer método consiste en remojarlos en agua con sal antes de lavarlos. Para ello, añada de 2 a 3 cucharadas de sal a un recipiente lleno de 5 litros (1,5 galones) y sumerja los paños en la solución resultante durante 30 a 40 minutos. Después, lávelos como de costumbre.
Si tu toalla se ha vuelto gris o está muy sucia y no puedes usar lejía, un segundo método: remojarla en sal y amoníaco te ayudará. Toma una cucharada del polvo y añádela a un litro de agua junto con una cucharadita de amoníaco. Deja las toallas en la solución durante al menos ocho horas, o preferiblemente diez.
Es importante no solo conservar las toallas viejas, sino también proteger las nuevas. Para ello, elija geles y polvos de lavado delicados, evite los ciclos de alta temperatura, active el doble enjuague y evite el blanqueado intensivo. También recordamos suavizar el agua con vinagre, sal o soda.
Las toallas huelen mal.
El segundo problema, después de las toallas ásperas, es el olor desagradable. No se trata solo de una limpieza insuficiente y manchas olorosas, sino de problemas más graves y generalizados. Normalmente, las servilletas desprenden un olor desagradable por las siguientes razones:
uso a largo plazo;
ventilación insuficiente del baño o la cocina;
lavadora obstruida;
Humedad de la habitación utilizada para el secado.
Quitar el olor de las toallas es fácil. Un buen método es remojar la tela durante 8 horas en una solución de agua, bicarbonato de sodio y vinagre, y luego lavarla. Si esto no funciona, prueba con el producto profesional Oxiclean, siguiendo estrictamente las instrucciones.
Añadir un comentario